De tanto reír lloro,
De tanto buscar me pierdo.
Y sigo en la huella amarilla de la senda cerro arriba.
A veces cuesta cargar con tanto peso,
Otras es más liviano por la brisa y las nubes que calman el calor peregrino.
Me entrego al halito de la esperanza en cada suspiro, cada paso, cada respiro,
derretido en el espacio entre tu y tu.
Entre forma y forma.
Nazco cada vez que soy.
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