escrito por Rio, 2011 Santiago de Chile, Inspiración
Me encontré con un diamante de color azul. Estaba lleno de perlas de aire en su interior. Vibrantes, espaciosas llenas de sistemas interplanetarios girando y girando como un disco de vinilo. Estos repartían gratuitamente luces y tonos fugaces por todos lados, lejos de su núcleo. Dentro de éste, una pequeña partícula azul resplandecía entre otras tantas, rojas, amarillas y verdes. Dentro del grano densas nubes flotaban, gigantes lamentándose en océanos espesos sobre las cabezas de millones de poros moviéndose como hormigas aceleradas buscando su grieta dorada. Algunas locas otras calmas, pero todas estruendosas buscando y buscando, chocando entre sí. Como protones y neutrones transpirando energía. Recorriendo caminos y arremangándose las ansias, devolviéndose una y otra vez hasta saturar la red global satelital. Puntos inquietas vagando en certidumbre, como ciegas vivas y apocalípticas hormigas inundaban sus cabezas con compuestos líquidos alcoholizados de adjetivos, juicios y remolinos.
En tanto caían suaves gotas de amaranto, salpicados de aroma de azahar por los poros del gran señor. Que contemplaba la joya en sus dedos observando esta nube circular de color azul, más pequeña que la punta de un alfiler.
Sonrió, miró el sol grandioso y guardó la joya en su bolsillo. Dijo mirando al sol que lo cubría, se la llevaré a mi amada para que se haga un collar con pétalos, ORO azul.
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